Domingo de Zavala. La guerra y la hacienda (1535-1614)
sus sombras. La confianza de Luis de Zavala hizo el res-
to para embarcarnos en este proyecto.
Introducción
El objetivo del libro era trazar un esquema general de la
trayectoria de Domingo de Zavala, del que hasta ahora
carecíamos, cubriendo los huecos y lagunas que tenía-
mos en su biografía, y situando cada uno de sus diferen-
tes episodios ­muy variados entre sí­ en su respectivo
Domingo de Zavala (Villafranca de Ordizia 1535-idem
contexto histórico. Debíamos ubicar ante todo a nues-
1614) constituye un buen ejemplo de la eficiente elite
tro personaje, siquiera brevemente, en ambientes tan
burocrática vasca forjada en el servicio a los Austrias. Es
distintos como Lepanto, Flandes, el señorío del Mar-
la historia de un hidalgo de orígenes modestos, salido a
qués de los Vélez, los órganos superiores de la Hacienda
temprana edad ­como tantos otros­ de su pueblo natal
de la Monarquía en Madrid, los cometidos en la Ha-
hacia el interior de la Península para ganarse la vida, en
cienda Real de Sevilla, etc., y ofrecer los rasgos princi-
su caso con la pluma y los números, y que a lo largo de
pales del paso de Zavala por cada uno de estos escena-
una trayectoria larga y dinámica, llega a alcanzar los
rios. Por supuesto, no ha sido nuestro propósito agotar
puestos más altos de la administración Real. No fue ca-
el personaje, ni mucho menos, pues somos conscientes
sualidad, sino fruto de su trabajo, discreción y fideli-
de que los diversos cargos de gran responsabilidad que
dad, que supiera ganarse la absoluta confianza y el sin-
ejerció a lo largo de su muy dilatada vida, generaron sin
cero aprecio de uno de los mejores hombres del Rey
duda más documentación administrativa que reposa
Felipe II, el Comendador Mayor de Castilla don Luis
anónimamente en los archivos. En estas páginas, sí he-
de Requesens, quien nos deja constancia de la «limpie-
mos querido ofrecer a los futuros investigadores el perfil
za, secreto y virtud», el «cuidado, amor, diligencia y pru-
de la persona que protagonizó estas actuaciones, y el
dencia» con que le secundaba su secretario guipuzcoa-
marco en que encuadrar los nuevos datos que puedan ir
no. Este fue el primer jalón, decisivo, en el extenso iti-
surgiendo ­lógicamente­ conforme las investigaciones
nerario de Domingo de Zavala como destacado servi-
venideras se vayan acercando a los temas que aquí apun-
dor de dos Monarcas, Felipe II y Felipe III. Resultado
tamos.
visible de ello serán la construcción de su magnífico
palacio en su villa natal, la fundación del mayorazgo de
Un episodio de la vida de Don Domingo del que no
su apellido, y el origen, en fin, de uno de los linajes de la
teníamos la menor noticia, y al que hemos dedicado
nueva aristocracia vasca. Un dato, por cierto, de parti-
una particular atención, es la comisión que su señor Luis
cular importancia, pues este linaje va a tener una rele-
de Requesens, Gobernador general de los Países Bajos,
vante presencia política, social y económica en Guipúz-
le confió en 1575 enviándole ante el Rey Felipe II para
coa a lo largo de los siglos siguientes, rigiendo en diver-
exponerle en persona y en su nombre la gravedad de la
sos momentos clave los destinos de la Provincia, sin per-
situación de la guerra de Flandes. Es éste un momento
juicio por supuesto de continuar prestando sus servicios
dramático de la Historia de España, que Requesens y
a la Corona, con arreglo a la propia tradición familiar y
Zavala nos hacen revivir intensamente con sus cartas
guipuzcoana.
hasta ahora inéditas, proporcionándonos nuevos datos
y matices sobre aquella realidad tan inquietante, y sin
Fue, precisamente, mi interés por otros personajes de
ahorrarse, por cierto, censuras a la falta de respuestas
esta ilustre familia, lo que hace ya bastantes años me
operativas por parte del Monarca. De nuevo, nuestro
acercó por primera vez al Archivo de la Casa de Zavala,
objetivo es establecer un cuadro general, y dar pistas
y me permitió conocer a su creador, Luis de Zavala. Sien-
para los futuros estudios que puedan fijarse con más
do como era el campo de mis investigaciones el siglo
detalle y detenimiento en esta cuestión verdaderamente
XIX, tuve la oportunidad de aproximarme en diversos
interesante, sabiendo que además de los documentos
trabajos a la figura de otra de las grandes personalidades
que hemos podido consultar en el Instituto Valencia de
de este linaje, Manuel José de Zavala, el Conde de Villa-
Don Juan, Biblioteca Zabálburu, Archivo General de
fuertes (1772-1842), cuya biografía tuve finalmente la
Simancas, y Arxiu del Palau Requesens, existen otros
oportunidad de realizar, contando con toda la libertad y
por descifrar, y que igualmente otros fondos ­en Lon-
las facilidades del propietario del archivo. Cuando aho-
dres o en Ginebra­ pueden contener igualmente infor-
ra, a la vuelta de algunos años, Luis de Zavala me pro-
maciones de interés.
puso por propia iniciativa estudiar la vida del fundador
del linaje, me pareció una idea difícil de rechazar. No
Porque a Domingo le tocó vivir, precisamente, y en pri-
era mucho lo que sabíamos, concretamente, de la tra-
mera persona, el momento justo del cenit, de la máxi-
yectoria de Domingo de Zavala, aparte del certificado
ma pujanza de la Monarquía hispánica (la victoria de
de Juan de Austria sobre sus méritos en la batalla de
Lepanto, 1571) pero, inmediatamente después, el ini-
Lepanto, y de algunos datos imprecisos y fragmentarios
cio ­lento­ de la cuesta abajo por la senda del declive,
sobre diversos momentos de su vida, pero bastaba esto
con el comienzo de la interminable y ruinosa guerra de
para intuir la importancia y el interés del personaje. A
Flandes, que se enquista definitivamente a partir del año
ello se unía el especial atractivo de la época que le tocó
1572 ­y de la que es testigo presencial en 1573-1575­,
vivir, nada menos que el Siglo de Oro, con sus luces y
y con la bancarrota de la Hacienda en 1575, que no
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