I.I -- Los preparativos
Un administrador en la guerra
Héroe en Lepanto
Este último iba a ser durante la batalla del 7
de octubre en Lepanto el responsable de la
«Granada», como hombre de la confianza de
Don Luis por su lealtad y carácter a toda prue-
1
ba; concepto que ciertamente Zavala no iba a
desmerecer, llegado el momento supremo de la lucha.
Tenía como inmediatos asesores al capitán marítimo de
la galera y a los oficiales de la infantería de a bordo. El
comportamiento de Domingo fue extraordinariamente
heroico lo que le haría merecedor del reconocimiento
de Juan de Austria, testigo ocular desde su galera «Real»
buque insignia de toda la Armada cristiana del inusi-
tado ánimo y valor desplegados por Zavala a bordo de
la cercana «Granada», en el lugar más relevante del com-
1.1. Los preparativos.
bate.
Barcelona y Messina
La emotiva jornada del 20 de julio de 1571 fue, en la
ciudad de Barcelona, una de esas contadas fechas que
merecen auténticamente el apelativo de «históricas», y
que por su trascendencia y ansiedad dejan fuerte huella
Séquito de Luis de Requesens
y quedan grabadas en el recuerdo de una comunidad.
embarcado en Barcelona
Ese día se hacían a la mar, desde la Ciudad Condal, las
en la Capitana del Comendador Mayor
escuadras hispanas destinadas a integrarse en la Armada
y en su Patrona «Granada»
de la «Santa Liga», formada por Felipe II, el Papa y Ve-
necia para neutralizar el gravísimo peligro que suponía
Lo formaban 102 personas, repartidas entre: un
la amenaza naval turca en el Mediterráneo. Partían en
numeroso gr upo de caballeros par ticulares
medio de un clima de exaltación religiosa rumbo hacia
Alexandre de Torrelles y Guillem de Sant Cli-
un futuro muy incierto, pero aquella inquietud, mezcla
ment, entre otros, mayoritariamente catalanes y
de esperanza y de temor, se trocaría pronto, después de
todos dependientes de Requesens, que venían a
la victoria de Lepanto, en un júbilo irrepetible común
luchar junto a su protector y señor; lo que hoy
a toda Italia y España, y extendido más allá por toda la
llamaríamos la plana mayor administrativa, a la
Europa cristiana del que todavía quedan hoy afama-
que pertenecía Zavala; y el servicio.
dos y populares ecos en los museos e iglesias de la ciu-
dad.
El servicio, necesario para atender las necesidades
de la vida cotidiana de los dos primeros grupos,
El diplomático y marino barcelonés Luis de Requesens,
no dejaba de ser muy numeroso, a pesar del limi-
Comendador Mayor de la Orden de Santiago en Casti-
tadísimo espacio de que se disponía a bordo de
lla (título por el que se le conocía habitualmente), hom-
estos estrechos e incómodos buques: el clérigo Al-
bre muy próximo al Rey Felipe II desde su común edu-
monacid capellán personal de Don Luis, 1 ma-
cación infantil en la Corte y en quien este confiaba por
yordomo, 12 lacayos, 1 mozo de cámara, 11 pa-
su prudencia y buen sentido acreditados, era el 2º jefe
jes; 1 cocinero, 1 repostero, 1 botiller, 2 mozos de
de dichas escuadras, y el principal asesor en lo que a los
cocina, 1 mozo de despensa, y 1 mozo de la vajilla
españoles se refiere de Juan de Austria, hermanastro
de plata; 2 mozos de caballos cada una de estas
del Monarca español y Capitán General de toda la Ar-
dos galeras embarcaba 2 caballos, para facilitar los
mada coaligada.
desplazamientos de Requesens cuando bajaba a
El día 18, dos jornadas antes de la partida, el séquito de
tierra; y 35 criados, englobando escribientes y
Don Luis embarcaba en las dos galeras que el Comen-
otros servidores 3 de ellos, asignados a Zavala.
dador Mayor tenía asignadas personalmente a su servi-
Además, un ayudante de cámara y un paje acom-
cio su buque insignia o «Capitana», y su 2º buque o
pañaban personalmente a Luis de Requesens a
«Patrona», esta última, denominada «Granada»; al fren-
bordo de la galera «Real» de Don Juan de Aus-
te de la parte del séquito a la que le correspondió subir
tria.1
en la «Granada» estaba el «tenedor de libros» (contable)
1
Borràs (1971), pp. 29-30.
de Requesens, nuestro protagonista, el guipuzcoano Do-
mingo de Zavala.
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