I -- Héroe en Lepanto
ras venecianas y las hispanas (napolitanas, sicilianas, ge-
Salida de Messina
novesas de Doria, y las propiamente «españolas») esta-
Orden de la flota cristiana
ban entremezcladas, para fomentar el espíritu de emu-
lación entre ellas a la hora del combate (y también por
Al zarpar de Messina el 16 de septiembre, la Armada
otros motivos menos públicos: reforzar a las primeras
formaba ya los cuatro grupos principales que estaban
con la mayor potencia de las segundas; y, sobre todo,
previstos para el combate. Los tres principales, de a unas
evitar la tentación de una retirada unilateral de alguno
55-60 galeras cada uno, navegaban en columna a corta
de los componentes de la Liga durante la batalla).
distancia entre sí:
La «ordenanza de navegación y combate» de la Armada
- la primera escuadra, que a la hora de la batalla debía
era muy precisa, porque además de la mencionada or-
formar el «cuerno» o ala derecha, iba al mando de Juan
ganización en cuatro escuadras (ala izquierda, centro,
Andrea Doria, ondeando banderas verdes;
ala derecha, y reserva, cada una de ellas con sus corres-
- la segunda, que debía ser el sector central o «batalla»,
pondientes galeras asignadas), en Messina se había esta-
incluía las galeras de Don Juan, Colonna, Veniero y
blecido ya con rigurosidad ­a fin de evitar improvisa-
Requesens, y se distinguía por sus banderas azules (en
ciones de última hora y un desorden muy de temer­ el
este grupo iba Zavala a bordo de la «Granada», nom-
lugar exacto que cada galera debía ocupar en el desplie-
bre por cierto de resonancias bien evidentes, en recuer-
gue a la hora del combate, y del cual por supuesto todos
do del fin de la Reconquista en 1492 y el reciente triun-
los buques tenían conocimiento, a efectuar estrictamente
fo sobre los moriscos en 1570; su insignia particular
so pena de rigurosas sanciones en caso de incumplimien-
era un ramo de granadas);
to; consta, en este sentido, que efectivamente la «Gra-
nada» de Zavala ocupará en Lepanto el puesto previsto
- y la tercera, que en el combate iba a formar el «cuerno»
en la formación de batalla, en ubicación por cierto muy
izquierdo, dirigido por el veneciano Barbarigo, con ban-
relevante, como describiremos en su momento.
deras amarillas.
Por su parte, la veintena de naves de suministro, al mando
Detrás, a una milla, marchaba la escuadra de socorro de
de César Dávalos, había adelantado su salida al día an-
Álvaro de Bazán (30 galeras), con banderas de color blan-
terior; iban artilladas y con infantería a bordo y estaba
co. A distancias de 8-20 millas por delante, la escuadri-
prevista su intervención en el combate, si el viento se lo
lla de exploración de Juan de Cardona (8 galeras).
permitía ­ya que, a diferencia de las galeras, las naves se
Cada uno de los tres grupos principales incluía dos ga-
movían exclusivamente a vela­, pero efectivamente la
leazas ­grandes galeras venecianas erizadas de cañones,
falta de viento favorable les impediría acompañar a las
destinadas a servir de baterías flotantes­, tan pesadas y
galeras el día 7 de octubre en Lepanto (sus 4.000 solda-
lentas que debían ir remolcadas por las galeras. Las gale-
dos alemanes quedaron en Corfú).
La galera común
El caso de la «Granada» de Zavala
Al tipo de galera común u ordinaria pertenecía en efecto la «Granada» de Domingo de
Zavala, que procedía orgánicamente de la escuadra de galeras «de España» (a no confundir
con su adscripción operativa durante la campaña de Lepanto, en virtud de la cual fue
asignada a la escuadra central o «batalla» de las cuatro en que se dividió la formación de la
Armada).
La eslora (longitud) de la galera ordinaria era de 41-43 m. (sin contar los 6 m. del espolón),
y su manga (anchura) 5 m. Disponía de 24 filas de remos por banda, con un total de 144
remeros (en 48 bancadas de a 3 hombres), más unos 10 de reserva para reemplazo de los
enfermos. La tripulación («gente de mar»), que incluía a los artilleros, era de unas 30-50
personas según fuentes. En cuanto a la guarnición de «gente de guerra» que embarcaba
para el combate, en el caso de las galeras hispanas era de 120-150 hombres.
Ahora bien, había algunas diferencias entre las galeras «ponentinas» (del Mediterráneo
occidental o «Poniente»; es decir, las de la escuadras «de España», Nápoles y Sicilia, y las
genovesas) y las «levantinas» (del Mediterráneo oriental; venecianas y turcas): las primeras
priorizaban la robustez y la potencia de fuego, y las segundas la velocidad. Así, las «ponen-
tinas» llevaban una dotación de infantería de 120-150 hombres, frente a 80-120 hombres
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de las galeras venecianas.
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