1.2. En el lugar decisivo del combate
Alejandro Farnesio, Príncipe de Parma, era el futuro cé-
Testimonios de la lucha
lebre Gobernador de los Países Bajos, sucesor en este
Así describe un testigo el inicio de la batalla en torno a
cargo del propio Juan de Austria y este a su vez de Luis
la galera «Real»:26
de Requesens. Los tres se encuentran juntos aquí en Le-
panto.
«Trabóse la batalla más reñida y trabada que ja-
más se ha visto. Venían con la galera Real del Tur-
En este grupo situado en derredor y a la vista del Capi-
co [el buque insignia del comandante en jefe oto-
tán General, se hallaba Domingo de Zavala al mando
mano, Alí Bajá] siete galeras y galeotas de las prin-
de la «Granada», como certifica el propio Juan de Aus-
cipales, las cuales acudieron sobre la Real de S.M.,
tria:30
que había salido a investir con la del Turco en
«(...) el cual nos consta por cierta ciencia y vista
medio de las dos galeras capitanas de S. Santidad
ocular, que habiendo sido el dicho día embestida
y Venecianos, teniendo por popa la patrona de
su galera por cinco turquescas, todas mayores que
España y la Capitana del Comendador mayor de
la suya, peleó con todas ellas con tanto valor, áni-
Castilla. En la Capitana de S. Santidad venía su
mo, y destreza desde el punto de mediodía hasta
General Marco Antonio Colona (...). A la izquier-
las seis de la tarde que fue nuestro Señor servido,
da o siniestra venía la general de Venecianos y traía
que habiéndosele entrado muchas veces los tur-
dos galeras de conserva [de compañía],27 que pe-
cos en su galera y matado mucha gente, los rebo-
leó muy bien lo que le tocó, hasta que rindió la
tó y echó fuera de ella otras tantas veces, con tan
del adversario. Lo hizieron valerosamente las ga-
ánimo y aventajado valor que de las cinco galeras
leras en que venían el Príncipe de Parma, el Prín-
tomó y prendió las tres, y las dos se contentaron
cipe de Urbino28 y Pablo Jordán con otros mu-
de irse después de tener muerta la mayor parte de
chos caballeros de sus compañías que invistieron
su gente».
con las que les cabía, haciendo cosas muy señala-
No nos detendremos en repetir lo que se afirma en la
das y particulares como se esperaba de tanto valor
declaración de Don Juan sobre los méritos de Domingo
(...)».
de Zavala en la batalla (cfr. Apéndice I). Simplemente
Otro testigo29 relata la lucha de Alejandro Farnesio, em-
destacar que la resistencia de la galera «Granada» tuvo
barcado en la Capitana de la República de Génova si-
un papel relevante, con otras compañeras cercanas, en
tuada recordemos, a la inmediata derecha de la «Grana-
la salvación de ese corazón central de la Armada que
da» de Zavala:
formaban las galeras de Juan de Austria, Veniero, Colo-
«El príncipe de Parma que está en la capitana de
nna y Requesens, el cual durante la lucha vivió momen-
Génova, se señala de manera que se le debe la per-
tos sumamente críticos debido a la superioridad numé-
petuidad de gloria (...). Y lo que es de grande co-
rica enemiga. Si la Armada cristiana hubiera perdido en
razón que embistiendo su galera a otra turquesca,
combate a estos cuatro jefes, el efecto negativo en forma
acompañado solamente de un soldado español,
de desmoralización y descoordinación habría sido in-
llamado Alonso de Ávalos, se arroja en ella (...), y
evitable y con ello la tendencia rápida a la disgregación,
de allí a poco hace lo mismo de otras dos galeras
traducida casi inevitablemente en un intento de retira-
enemigas en el combate, de las cuales fue herido
da general o sálvese quién pueda particular, con resulta-
Héctor Espínola de un flechazo».
dos lógicamente catastróficos.
Hazaña de la galera «Granada»
bajo el mando de Domingo de Zavala
Tres galeras turcas fueron capturadas de un total de cinco contra las que la «Granada»
luchó, y de las cuales otras dos se dieron bien libradas con huir. La «Granada» capturó
un arsenal de 23 piezas de artillería a bordo1. Fueron apresados 196 turcos , «porque los
demás murieron»; 227 remeros cristianos y 27 mujeres griegas y venecianas fueron libe-
radas.2 El propio Zavala sufrió «veinte y siete heridas, todas ellas notables, pero las cinco
lo fueron tanto que, según la declaración de los cirujanos que lo curaron, fueran morta-
les en otro sujeto».
La «Granada», 2º buque de Luis de Requesens, era sin duda una excelente y potente
galera. Aunque era una galera común ­no una galera extraordinaria o «fanal»­, como
embarcación del tipo «ponentino» superaba a las otomanas en robustez y resistencia, y
sobre todo en capacidad defensiva. Esta característica, que le permitió afrontar con
éxito el ataque de un enemigo muy superior en número, comenzaba por los parapetos o
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