1.2. En el lugar decisivo del combate
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lados del cañón de crujía, o bien ­únicamente las piezas más pequeñas­ en las bandas. De los
tres cañones «de crujía» capturados (uno por galera), dos habían pertenecido a la escuadra de
Sicilia y se dedujo que se habían perdido en la derrota de Gelves (1560), y uno había perte-
necido a la escuadra particular del genovés Andrea Doria ­el tío y antecesor de Juan Andrea
Doria­ y se había perdido en Preveza (1538). Conviene señalar que estas cifras ­así como la
de los 196 turcos hechos esclavos­ no parecen haber sido infladas, ya que la tendencia gene-
ral de las dotaciones victoriosas y de sus capitanes en Lepanto fue precisamente la contraria,
la ocultación de buena parte del botín al recuento oficial ­no sólo dinero y objetos de valor,
sino también armas y esclavos­, como veremos enseguida.
2
Como curiosidad, en la Armada de la Santa Liga se había prohibido rigurosamente el embar-
que de mujeres, de acuerdo al carácter de Cruzada religiosa de la expedición (sus miembros
eran considerados «cruzados» por la Iglesia) y al designio oficial de los altos mandos de ganar
el favor divino viviendo en las galeras «pacífica y religiosamente».
3
Bicheno (2005, p. 319) afirma que las galeras turcas ordinarias ­no se cuenta a las galeras
mayores o «fanales»­ tenían más eslora y manga que las «ponentinas» y venecianas, unos 50
x 6 m. frente a unos 42 x 5 m.
4
Sola (1947), p. 458; Bicheno (2005), pp. 281, 323, 326, 334.
Superioridad numérica turca
Si formidables eran los efectivos de la Armada de la Santa Liga, todavía más imponentes
si cabe eran los de la flota turco-berberisca, superiores en número a juicio unánime de
todas las fuentes.
Los efectivos de la Armada cristiana coaligada, ya han sido descritos con detalle en el
epígrafe 1.1., desglosándolos según sus diversas procedencias. Baste añadir aquí que en
Lepanto combatieron unas 200 galeras (entre 198 y 203; hay que señalar que unas
pocas unidades, 4-5, habían quedado en el camino desde Messina) y 6 galeazas, con
unos 65.000 hombres a bordo (23.000 la «gente de guerra», 7.500 la «gente de mar», y
34.000 la «gente de remo»). Las naves de suministro, por falta de viento, no habían
llegado a reunirse con la Armada, y las unidades auxiliares ­fragatas y bergantines­ no
intervinieron en el combate.
La declaración de Juan de Austria sobre los méritos de Domingo de Zavala (Messina
15-11-1571; cfr. Apéndice I) habla de 248 galeras y 48 galeotas turco-berberiscas con-
tra 198 galeras y 6 galeazas de la Santa Liga. Cifras perfectamente exactas en lo que se
refiere a los efectivos cristianos, y matizables en lo que se refiere a los otomanos: el
número de 296 unidades refleja aproximadamente la superioridad numérica de los tur-
cos, pero se hincha un poco la categoría de las unidades enemigas, contando a las galeo-
tas (más pequeñas) como galeras, y a las fustas (las unidades de menor tamaño) como
galeotas.
Puede decirse lo mismo, a la luz de las revisiones modernas, de otros informes que los
vencedores dieron del resultado de la batalla, que cifran el número de embarcaciones
enemigas entre 280 y 300 ­más o menos correctamente­, pero dentro de ellas, inflan
algo el número de galeras, contando entre ellas a parte de las galeotas, y hacen lo mismo
con las galeotas, incluyendo entre ellas a todas o algunas de las fustas.1
También es cierto que no siempre era fácil distinguir una galera pequeña de una galeota
grande, o una galeota pequeña de una fusta. De ahí, en parte, la confusión de las fuen-
tes.
Las minuciosas descripciones del orden de batalla otomano buque por buque (Sola
1947; «Lepanto 1571», 2003; Bicheno 2005) nos dan las cifras más fiables: unas 210
galeras (entre 205 y 216), 44-46 galeotas, y 20 fustas.2 En total, unas 275 unidades.
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