1 -- Héroe en Lepanto
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oportunidad­ de realizar una desbandada semejante, y consta que muchas dotaciones
sucumbieron luchando hasta el límite de sus fuerzas.
Por su parte, la Armada de la Santa Liga perdió entre 15 y 21 galeras según fuentes: la
mayoría venecianas (10-14), 1 del Papa, 1 del Ducado de Saboya, 1 de la Orden de
Malta, y unas 4 de Felipe II. Estas últimas pertenecían a la escuadra de Sicilia y a las
galeras de Doria y otros particulares italianos que iban a sueldo del Rey; no fue destrui-
da ninguna de las 13 galeras propiamente españolas. En total, se perdieron el 7-10% de
los buques.
Las pérdidas humanas no se pueden precisar con una mínima exactitud y certeza. En
efecto, resulta imposible concretar las bajas que sufrieron ambas flotas, aunque no cabe
duda que fueron mucho mayores por parte otomana, que sufrió una verdadera masacre.
Los números que se manejan son incompletos, o bien puras y simples estimaciones.
Una cifra vagamente estimativa podría ser la de unos 10.000 muertos de la Santa Liga y
30.000 muertos de la flota otomana, en proporción aproximada de unos 3 turcos por
cada cristiano (teniendo en cuenta que muchos otomanos se ahogaron, fueron aniqui-
lados cuando huían intentando ganar la orilla, o fueron rematados ­se hicieron relativa-
mente pocos prisioneros­).
Ello, sin contar los que fallecieron después de la batalla a consecuencia de sus heridas
­estos últimos se calculan en 4.000, solamente por lo que hace a las fuerzas de la Santa
Liga­.
Entre los muertos de la flota otomana hubo varios miles de cautivos cristianos y remeros
forzosos griegos, que sufrieron la desgraciada suerte de las galeras en que iban embarca-
dos; estas pérdidas, no por tratarse de cristianos fueron menos dañosas para la flota
turca, ya que le privaban de buena parte de su fuerza muscular motriz (puede decirse
que estos fallecimientos ­cosa paradójica­ fueron sentidos por ambos bandos, aunque
evidentemente por razones muy opuestas).
En las filas de la Santa Liga, fueron los venecianos quienes sufrieron el mayor porcentaje
de bajas.
Fallecieron durante la lucha el comandante en jefe turco Alí Bajá, el jefe de su ala dere-
cha Scirocco, y el famoso corsario Kara Khodja (que había protagonizado, recordemos,
las tan audaces como erróneas observaciones nocturnas de la armada cristiana antes de
la batalla); entre los que murieron después del combate por las heridas recibidas, destaca
el veneciano Barbarigo.
Fueron liberados 12.000 ­ 15.000 cautivos cristianos y remeros griegos forzosos que
bogaban en las galeras otomanas. La Armada hizo oficialmente unos 4.000 prisioneros
(de los que 3.486 fueron convertidos en esclavos), aunque sin duda fueron más, que
fueron ocultados a la hora del recuento del botín.
Tras la batalla. El regreso
Terminada la batalla entre las cuatro-cinco horas de la
El Capitán General hizo público el decreto que daba la
tarde, la Armada permanece hasta caer la noche termi-
libertad a miles de galeotes de la Armada condenados
nando de reconocer la flota enemiga destruida, y al
por delitos comunes, así como a los cautivos cristianos
aproximarse una tormenta, emprende el regreso a la isla
que bogaban en las galeras turcas capturadas.
de Petela a descansar y rehacerse.
Cuatro días permanecerá la flota en Petela. En un pri-
Esa noche, azotada por los truenos y el viento, recibe
mer momento se adoptó el acuerdo de terminar la cam-
Don Juan en la «Real» la visita y las felicitaciones de sus
paña tomando el puerto de Lepanto y otras fortalezas
generales por la victoria, al tiempo que se dispone la
del golfo, pero al revistarse la Armada y analizar la situa-
asistencia sanitaria de los numerosos heridos. Liberadas
ción se renunció inmediatamente a ese propósito. Se
de la enorme tensión acumulada, las dotaciones cele-
comprobó el importante número de bajas y la escasez
bran con música la victoria y las gratificaciones que ­
de vituallas y municiones; las naves de suministro por
por vía oficial o por ocultación del saqueo­ iban a dis-
falta de viento no habían podido reunirse con la Arma-
frutar.
da, ni se tenía noticia de ellas, ya se encontraban en la
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