2.2. La comisión de Zavala ante el Monarca
Otros temas que Zavala debía facilitar, éstos de menor
órgano Regio (como era el Gobierno general de los Paí-
importancia, era la renovación de diversos cargos del
ses Bajos) y los oficios de la «casa» privada del señor que
aparato administrativo y militar español en los Países
estaba a cargo del mismo. De ahí que Zavala ejerciera
Bajos. Uno era el envío a Flandes de un Veedor general
en Flandes funciones tanto de Secretario de Estado y
que pudiera fiscalizar la actuación del controvertido Pa-
Guerra como de secretario particular, y lo mismo ocu-
gador general del Ejército de Flandes, Francisco de Lixal-
rrió en su viaje a Madrid, donde acudió en concepto
de, y de quien Requesens recelaba profundamente por
tanto de comisionado del Gobernador general como de
las sospechas que tenía de las graves irregularidades de
agente particular de Luis de Requesens.
su gestión.
Se ocupó, por tanto, de cuestiones relativas a la familia
No obstante, al final el propio Comendador Mayor, ago-
y hacienda de su señor, y muy en especial, de las dificul-
biado por problemas infinitamente más acuciantes, ter-
tades que al Comendador Mayor le venía planteando su
minaría señalando, con negro pesimismo, que «en lo de
consuegra Luisa de la Cerda (hermana del duque de Me-
enviar las personas que llevasteis en vuestra comisión,
dinaceli, Juan de la Cerda). Por si fueran pocos los pro-
no va ya nada en ello, pues ni hay con qué pagarlas ni yo
blemas que Requesens tenía en Flandes, doña Luisa le
pienso que lo de acá ha de durar tanto que sean de al-
asaltaba y agobiaba con continuas exigencias económi-
gún fruto» (22-11-1575).
cas en relación al matrimonio entre su hija y el hijo del
Comendador Mayor, casados en 1574 en Toledo. Uno
El 28 de diciembre Zavala escribía que «lo de las perso-
de los cometidos de Zavala, en efecto, era hacer un viaje
nas para Veedor y cuentas» seguía sin resolución del Rey
a Toledo para tratar de hacer entrar en razón a doña
­en la línea habitual que ya conocemos­.
Luisa... y para transmitir ­reservadamente­ al hijo de
Requesens que no debía firmar ninguna escritura por
Las cuestiones familiares de Requesens
mucho que le presionaran su suegra y su mujer, y que
convenía saliera de Toledo por algunos meses incluso
Junto a los cometidos de la comisión oficial, Zavala lle-
contra la voluntad de ellas, para ver a su madre en Bar-
vaba otros encargos de carácter privado. Ya conocemos
celona y así evitar que las toledanas le desapegaran de
la yuxtaposición que se daba habitualmente y, desde lue-
sus padres como pretendían...
go, fue el caso de Zavala, entre los oficios de un alto
La correspondencia entre
Luis de Requesens y Domingo de Zavala
El Comendador Mayor y su comisionado Zavala emplearon, en la parte más sensible de
sus cartas, una cifra particular que no conocemos. Afortunadamente, hemos encontra-
do algunas cartas no en su versión original, sino en una copia descifrada, lo que nos
permite hacernos una buena idea del contenido general de toda esta correspondencia.
En lo que al resto se refiere, no conocemos la cifra particular ­que probablemente se ha
perdido­ que nos permita hacer el descifrado; la única alternativa, al carecer de la cifra,
sería realizar un descriptado o contracifrado partiendo de cero (en este caso, sin embar-
go, se producirían algunos huecos inevitables, por el hecho de no conocer el significado
de los seudónimos con los que se disfrazaba a los personajes y lugares principales).
Esta documentación sobrevivió a la quema de los papeles del difunto Comendador
Mayor, que fue efectuada en Amberes en julio de 1576 siguiendo órdenes del Rey,
después de haber sido trasladada desde Bruselas y puesta a buen recaudo en la ciudadela
de aquella ciudad ­todo ello atendiendo a evidentes razones de precaución y secreto,
para evitar su caída en manos de ojos desleales­.
El Secretario de Su Majestad Gabriel de Zayas autorizó a Jerónimo de Roda, hombre de
confianza del fallecido, a seleccionar esa documentación, y entregar a la familia aquella
parte que creyera conveniente.
Jerónimo de Roda y el Secretario de Estado y Guerra de los Países Bajos (sucesor de
Zavala en este cargo), Baltasar López de la Cueva, salvaron efectivamente de la quema
parte de la correspondencia de su señor y la confirieron a sus testamentarios Guillem de
Sant Climent y Alexandre de Torrelles, quienes al parecer la enviaron al Marqués de los
Vélez ­yerno de Requesens­ en Madrid, de acuerdo a lo que había autorizado Gabriel
de Zayas.
... ... ...
107