2.2. La comisión de Zavala ante el Monarca
ciere». «Y que, en fin, si hay algún remedio, es el de las
fuerzas marítimas, y hacer un esfuezo [de dineros] extraor-
dinario» (AGS, Estado, legajo 562, núms. 86 y 94).
El día 28 de mayo, Requesens escribía también a Gabriel
de Zayas (Secretario de Estado para los asuntos del norte
de Europa) sobre la salida de Zavala, al que mandaba a
Madrid «por no tener otra persona que enviar que estu-
viese tan informada de todos los negocios» (cfr. Apéndice
III).
El camino más directo hacia España era a través de Fran-
cia, pero por razones de seguridad ­Zavala llevaba consigo
una información muy sensible sobre la situación de la
Hacienda del ejército de Flandes­, Requesens dispuso que
el viaje se hiciera por Milán y Génova.
45
March (1943/A); Fernández Conti (1998); Martínez Mi-
llán y Carlos Morales (1998).
46
Fallecido, como hemos visto, en noviembre de 1575. En
abril de 1576 ocuparía su plaza en esta «Junta de Flandes»
el Marqués de los Vélez, yerno del difunto Luis de Reque-
sens.
47
Sobre esta Junta: Martínez Millán y Carlos Morales (1998),
pp. 152-156; Fernández Conti (1998), pp. 147-157.
Amberes hacia 1570 (Civitates Orbis Terrarum,
48
Aunque el mismo obispo, en épocas posteriores a la muer-
Georg Braun y Frans Hogenberg, 1598).
te del Comendador Mayor, cambiaría de posición con res-
pecto a Flandes, abandonando su anterior línea de dureza
Esta ciudad fue, después de su sede oficial de
­ello, debido a la influencia de Antonio Pérez­ (Martínez
Bruselas, una de las dos residencias habituales del
Millán y Carlos Morales, 1998, p. 157).
Gobernador general de los Países Bajos Luis de
49
Gaspar de Quiroga, obispo de Cuenca, miembro del Con-
Requesens, y con él, de su Secretario de Estado y
sejo de Estado y de la Junta de Flandes, como ya sabemos.
Guerra Domingo de Zavala.
Obsérvese el puerto fluvial del río Escalda.
50
Diego de Covarrubias y Leyva, presidente del Consejo de
Castilla. También era miembro del Consejo de Estado, de
ahí su intervención en esta cuestión de Flandes.
51
Ello supuso un gran alivio para la Monarquía, pero no por
esto se redujeron únicamente a Flandes los teatros bélicos
a mantener, ya que continuaba la actividad de los corsa-
rios berberiscos en el Mediterráneo y de los corsarios eu-
ropeos en el Atlántico y Caribe; y en 1580-1583 tuvieron
lugar las campañas terrestre y naval para la anexión del
Portugal continental y de las islas Azores respectivamente.
52
Fernández Conti (1998), p. 149; Martínez Millán y Car-
los Morales (1998), p. 154.
53
A este respecto, el 18-12-1575 Requesens pedía a Zavala
que le siguiera informando (cfr. Apéndice III).
54
Gachard (1858), pp. 363-365.
55
Barado (1906), pp. 107-108, 112-113, 52-53.
56
Así lo recoge también Barado (1906), p. 52.
57
Corrales (1983).
58
Gachard (1858); Casado Soto (1988); Barado (1906); Par-
ker (1998).
59
Dos días antes, el 16 de diciembre, el Comendador Mayor
había escrito al Rey relatando que con Recalde sólo ha-
bían llegado 24 zabras y 4 pinazas, en muy mal estado, y
con ellas una marinería mediocre y enferma. (Gachard,
1858; Barado, 1906).
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