3.1. Su nacimiento y orígenes
No podemos dejar de remitirnos, en esta cuestión, al
en carta a su hermano Juan de Zúñiga, cuando estaba a
juicio ya clásico de Julio Caro Baroja20 sobre los vascos
punto de marchar hacia el peliagudo escenario de Flan-
de la Edad Moderna, que además de militares, marinos,
des (1573).
ferrones y constructores de navíos, destacaron como
En fin, las personas más exitosas en este servicio funcio-
hombres dados a «las cosas de pluma»:
narial a la Monarquía, como es el caso de Domingo de
«Las cosas de pluma en el siglo XVI no son, preci-
Zavala, formaron así la que en terminología moderna se
samente, lo que hoy podemos considerar la acti-
ha denominado «burguesía burocrática» vasca, que está
vidad literaria, no se trata de que los vascos dados
en el origen ­junto a la otra elite formada por grandes
a tales cosas fueran poetas, dramaturgos o escrito-
militares y marinos­ de la nueva aristocracia dominante
res, sino que eran los hombres que manejaban los
del País Vasco en los siglos XVII-XIX, como fue el lina-
negocios, con unos conocimientos especiales, que
je guipuzcoano Zavala.
abarcan desde la caligrafía hasta la contabilidad,
Conviene fijarse en que la vida no le llevó a Domingo
de suerte que, en un país que no posee universi-
por la senda escribanil (notarial) por la que, según tene-
dades, que no tiene colegios, que no cuenta con
mos entendido, había transitado ­al menos durante un
instituciones grandes, desde el punto de vista uni-
tiempo­ su familia, sino por la de los números y la con-
versitario, es donde, de una manera más intensa,
tabilidad, que llegarán a ser, por la vía empírica de la
se cultiva lo que podríamos llamar la primera en-
experiencia y la práctica, la verdadera especialidad de
señanza. (...) Es una enseñanza que depende de
nuestro personaje.
santuarios, que depende de notarías y escribanías
Por último, de la Real licencia que en julio de 1603
rurales, que coge a los chicos de las villas, e inclu-
Felipe III concedió a Domingo de Zavala para jubilarse
so de las aldeas y los prepara para no solamente
de la asistencia al Consejo de Hacienda (cfr. Apéndice
escribir en castellano, sino también para escribir
X), se deduce que Zavala empezó a servir al Rey Felipe
caligráficamente, de una manera bonita, elegan-
II en 1557, a los 21 años de edad. Teniendo en cuenta
te, inteligible, los documentos públicos. Y ade-
las características de la carrera posterior de Zavala (neta-
más, los escribanos, etc., les enseñan cuentas, la
mente burocrática), lo más probable es que lo hiciera
manera de llevar contabilidades, asientos, etc etc».
como escribiente, más que como soldado. Por otra par-
«Con el tinterillo y sus caligrafías y conocimien-
te, la afirmación de servir al Rey no significa que Zavala
tos de matemáticas, sale el chiquito a la corte o a
desde 1557 formara parte necesariamente de la admi-
una ciudad extraña. Va también como paje, y con
nistración Real propiamente dicha; sabemos, en este sen-
sus saberes peculiares llega a posiciones que for-
tido, que el servicio privado a un alto cargo del Rey po-
man todo un cuerpo, todo un sistema, (...) un
día ser considerado también, de alguna manera, como
cuerpo, un contingente importantísimo de la bu-
un servicio al propio Monarca.
rocracia de los siglos XVI, XVII y XVIII que está
constituido por vascos».
Gabriel Maura Gamazo21 resume de la siguiente mane-
Indumentaria de una gran señora vasca,
ra, en fin, el juicio habitual sobre esta pléyade de em-
por Weiditz (1529).
pleados vascos:
«Es curioso fenómeno que (...) fuesen las provin-
cias vascongadas (donde los indoctos en gramáti-
ca castellana abundaron y abundan legendaria-
mente), plantel fecundo de covachuelistas y bu-
rócratas, capaces de ascender por sus talentos de
escribas, relatores y secretarios, a las alturas mi-
nisteriales. Hidalgos laboriosos y metódicos, de
pocas palabras, menos imaginación, suficiente
exactitud y mucha conciencia, hechos a conser-
var, aun trasplantados, la fé religiosa y las honestas
costumbres atávicas; como aprendieren bien a leer y
a escribir, tenían andado casi todo el camino».
Burguesía burocrática
De esta consideración de los hidalgos vascos como fun-
cionarios dignos de gran confianza por su reserva, apli-
cación y fidelidad, participaría plenamente Domingo
de Zavala. «Es tanta su limpieza, secreto y virtud, que
me haría gran falta», dirá de él Don Luis de Requesens
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