III -- Otros episodios de una vida
Contaduría Mayor de Hacienda sólo fue
3.4.  Contador Mayor de Hacienda
posible con el respaldo de alguien muy en-
cumbrado y pujante, y ese alguien debió
(1594-1603), y miembro
ser, a todas luces, Juan de Idiáquez.
del Consejo supremo de Hacienda
Es interesante tener en cuenta que, con la
ascensión al trono de Felipe III y el inicio
(1600-1603)
del gobierno a cargo de un «valido», en este
caso el Duque de Lerma (1598), Juan de
Idiáquez se acomodó bien a la nueva situa-
En 1594 Domingo de Zavala dejaba el ámbito de la ad-
ción, y mantuvo todavía una considerable presencia e
ministración señorial, donde desde hacía 12 años venía
influencia en la Corte, aunque lógicamente en menor
prestando sus servicios al máximo nivel ­como Goberna-
proporción. Al menos no cayó en desgracia, como sí
dor del señorío de los Vélez­, para reintegrarse en la ad-
sucedió, al menos en buena medida, con Moura y Chin-
ministración Real, como uno de los cuatro Contadores
chón, todo lo cual no debió de ser nada malo para los
Mayores situados en la cúspide de la Hacienda de Su
intereses de Zavala. Este acomodo de Idiáquez al vali-
Majestad.
miento del Duque de Lerma facilitaría muy probable-
mente la incorporación, que apuntan Martínez Millán
y Carlos Morales3, de Zavala al círculo de Lerma. Ello,
Juan de Idiáquez
como estos mismos autores sugieren, explica a su vez la
permanencia del guipuzcoano en el Consejo de Hacienda
Era usual el fenómeno del «patrón» a la cabeza de su
todavía después de la reforma de este organismo en 1602,
propia clientela de «hechuras» o «criaturas», que debían
y su destino a Sevilla con altas responsabilidades del mis-
a la protección de aquél todos sus empleos, fuesen pri-
vados o públicos. Sabemos perfectamente, dentro del
mo ramo (1605-1613).
sistema de patronazgo imperante en la época, quiénes
Evidentemente, Zavala no fue en absoluto una «criatu-
habían sido los protectores de Domingo de Zavala du-
ra» del Duque de Lerma.
rante largos años:
En primer lugar, Zavala era un hombre que procedía
- Luis de Requesens y Zúñiga hasta su fallecimiento en
del reinado de Felipe II, más concretamente, del último
marzo de 1576;
equipo ministerial formado por Juan de Idiáquez, Moura
- su hermano Juan de Zúñiga y Requesens, desde en-
y Chinchón. Al igual lo eran los otros tres Contadores
tonces hasta su muerte en noviembre de 1586;
Mayores ­Gaytán de Ayala, Menchaca y Salablanca­, y
todos los demás altos cargos de la Hacienda Real, como
- y en menor medida, Pedro Fajardo, III Marqués de los
el propio Presidente del Consejo de Hacienda (el Mar-
Vélez (yerno de Requesens y sobrino político de Zúñi-
qués de Poza), Consejeros como Ibarra y Alonso Pérez
ga) desde 1576 hasta su defunción en febrero de 1579.
de Ágreda, el Tesorero general Mejía de Tovar, el Fiscal
- No tenemos, en cambio, datos concretos sobre quién
Alonso Ramírez de Prado (ascendido a Consejero en
fue el protector de Zavala tras la prematura pérdida de
1599), los Secretarios Ipeñarrieta y González de Vera,
Juan de Zúñiga. Sin embargo, indicios indirectos hacen
diversos Oidores, etc. Todos ellos fueron mantenidos en
pensar necesariamente en el poderoso Juan de Idiáquez.
sus puestos por el Duque de Lerma, debido a la necesi-
dad de seguir contando con la gestión de este equipo
Juan de Zúñiga y Juan de Idiáquez habían mantenido
hacendístico, muy experimentado.4
unas estrechas relaciones y habían sido muy buenos alia-
dos en la Corte.1 Todo parece indicar que a la muerte de
En segundo lugar, la entrada de Zavala en 1600 en el
Zúñiga (1586), Idiáquez debió heredar al menos parte
Consejo de Hacienda se produjo por estar así prevista
de la clientela del político catalán, y es muy verosímil
con carácter reglamentario, por orden de antigüedad
que Domingo de Zavala quedara vinculado en adelante
como veremos.
a él. Tanto más cuanto Juan de Idiáquez (1540-1614),2
Y en tercer lugar, cuando se produjo la reforma orgáni-
nacido en Madrid pero de origen guipuzcoano y muy
ca del Consejo y Contaduría Mayor de Hacienda a fi-
ligado todavía a su tierra de procedencia, era ya cabeza
nes de 1602, todavía siguieron en servicio ­cambiando
de una amplia clientela guipuzcoana, en la cual Zavala,
de empleo, en su caso­ muchas de estas personas que
por razones obvias, encajaría perfectamente.
procedían del reinado de Felipe II como son Zavala,
En estos años 90 del siglo XVI, de declinación del an-
Gaytán de Ayala, Salablanca, Alonso Pérez de Ágreda,
ciano Felipe II, Juan de Idiáquez fue, con el portugués
Ipeñarrieta, etc.
Cristóbal de Moura y con el conde de Chinchón (Die-
go de Cabrera y Bobadilla), uno de los tres hombres
Hay que reconocerle al Duque de Lerma que, al menos
más influyentes de la Corte, con mucha diferencia
en este punto, contra la tónica general de venalidad y
­como Juan de Zúñiga lo había sido también, hasta su
falta de escrúpulos propia de su mandato, fue prudente
muerte en 1586­. No cabe duda de que el acceso de
y juicioso. Veremos, no obstante, que el Valido supo
Domingo de Zavala a un órgano tan apetecido como la
sortear este «obstáculo» y emplear otros medios para in-
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