III -- Otros episodios de una vida
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«Tribunal de Oidores, donde se ven en justicia los pleitos que resultan del gobierno y administración de la
hacienda (...), contra Arrendadores, Tesoreros, Receptores, Fieles, Cogedores, y otras cualesquier personas
que hicieren fraudes, ligas, y monipodios de las rentas Reales, que impidieren el beneficio y cobranza de ellas,
y de los pleitos que manan de encabezamientos generales, repartimientos, echamientos de rentas, y de los
que resultan de las posturas, pujas, remates, y prometidos; y los pleitos arduos que se remiten en caso de
discordia, que tratan ciudades, o villas de voto en Cortes».
«Contaduría mayor de Cuentas, en ella se toman las cuentas a Tesoreros, Receptores, Administradores,
Proveedores de fronteras, de armadas y galeras, y Comisarios nombrados por ellos, y a Pagadores de armadas
(...), y a todos los Ministros en cuyo poder haya entrado hacienda del Rey».
1
J. García Mercadal, Viajes de extranjeros por España y Portugal, Madrid 1959, tomo II. Citado por Francisco (1999),
p. 276.
2
Se refiere a que eran admitidos en estos empleos personas naturales de los Reinos de Castilla y de Navarra, de los
Reinos de la Corona de Aragón, o del Reino de Portugal.
3
Páginas 492-498 y 374-376 respectivamente.
4
Es decir, legos, no letrados ­sin formación jurídica­.
No obstante la general aprobación de la gestión de Pa-
Algunas actuaciones de Zavala
blo de Laguna, la crítica situación de la Hacienda era
Ciñéndonos a un apunte biográfico de la trayectoria de
imposible de remontar y desembocó en la inevitable
bancarrota de noviembre de 1596, bajo la presidencia
nuestro personaje, no podemos profundizar aquí en el
del Marqués de Poza. Y de nuevo es curioso ver el con-
análisis de la muy apurada situación de la Hacienda de
traste de la posición de Domingo de Zavala, con respec-
las Austrias, convertida ya en un hecho tan agobiante
to a la anterior bancarrota de 1575: si entonces le había
como crónico. Tanto esta cuestión, como las múltiples
tocado protestar contra ella, por orden de su desespera-
actuaciones de Zavala en los diversos sectores de esta
do señor el Gobernador general de los Países Bajos Luis
materia, son merecedoras de un estudio mucho más
de Requesens, ahora en 1596 va a ser uno de los encar-
detallado del que podemos realizar en estas breves pági-
gados de ejecutarla.
nas. Hemos de limitarnos, por tanto, a esbozar sólo unas
pequeñas pinceladas sobre algunas intervenciones de
Precisamente en diciembre de 1596, y en íntima rela-
nuestro personaje.
ción con la bancarrota decretada el mes anterior, fueron
enviados en comisión especial a Sevilla ­principal plaza
El Gobernador Pablo de Laguna (1592-1595) se esfor-
comercial de la Península, gracias al tráfico con Améri-
zó en reunir los recursos necesarios para sostener econó-
ca­ el Consejero y Contador Mayor Luis Gaytán de
micamente el enorme esfuerzo militar de la Monarquía,
Ayala y el Contador Mayor Domingo de Zavala. De
en especial, la guerra que seguía sosteniéndose en los
hecho, la designación de ambos se había producido ya
Países Bajos, y las intervenciones militares pro-católicas
en noviembre, con la mayor reserva, cuando el decreto
en los conflictos religiosos internos de Francia, que Feli-
de bancarrota todavía no había sido publicado y todo el
pe II encomendaba también a los Tercios de Flandes, y
tema se mantenía en riguroso secreto.31
aunque fue una labor llevada a cabo con muchos pro-
El toledano Gaytán de Ayala conocía muy bien y de
blemas se le reconocen a Laguna su dinamismo y peri-
primera mano el comercio sevillano, por haber sido Ad-
cia en este arduo empeño, que le valieron un merecido
ministrador general de los Almojarifazgos en 1593-1595,
prestigio como gobernante de la Hacienda Real, habién-
y de hecho apenas llevaba unos meses en Madrid (desde
dola dejado en mejor situación que la que encontró.30
mayo) cuando se le encomendaba volver allí con este
Hay que tener en cuenta la insuficiencia que era habi-
nuevo encargo. El cometido que a él y a Zavala les fue
tual e inevitable, ya que la estructura económica y los
encargado era, al fin y a la postre, el de conseguir recur-
medios de la Monarquía se veían sobrepasados por tan-
sos económicos para la Hacienda Real; los procedimien-
to gasto, de una forma tan endémica como penosa.
tos para ello eran el registro del dinero que venía de
Domingo de Zavala fue una de las personas que le se-
Indias ­atajando las ocultaciones y el fraude existentes­
cundó en esta tarea. Resulta curioso haber visto a Zava-
, la ejecución de determinados secuestros de bienes y
la acudir de Flandes a la Corte en 1575 en demanda de
confiscaciones, y la presión generalizada y tenaz a todos
socorros económicos urgentes, quejarse de su escasez y
los comerciantes, hombres de negocios y personas par-
criticar al teniente de Contador Mayor Francisco de
ticulares propietarios de tal dinero, para que contrata-
Garnica... y verle ahora justamente en el otro lado de la
sen juros (préstamos a la Corona); todo lo cual fue apli-
barrera, como uno de los encargados de reunir el dinero
cado con rigor y, como se puede imaginar, no dejó de
que tan perentoriamente se necesitaba, y que siempre
causar una gran convulsión y numerosas protestas en la
ciudad hispalense.32
llegaba corto y con retraso, allá en los Países Bajos.
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