III -- Otros episodios de una vida
época musulmana (no en vano la propia palabra «almoja-
Es evidente, por lo demás, que una de las prioridades
rifazgo» es de origen árabe), con el añadido reciente de
difícilmente realizable del Consejo de Hacienda en lo
algunos puestos de más reciente creación. Por su parte, la
que a la administración de los Almojarifazgos se refiere,
renta del Almojarifazgo de Indias ­obviamente posterior
fue siempre la evitación de las ocultaciones de los co-
al Descubrimiento de 1492­ comprendía el tráfico con
merciantes y pasajeros, y del contrabando que realiza-
América, excluidos, sin embargo, los metales preciosos.
ban otras embarcaciones «no registradas» menudeando
a la sombra del gran tráfico comercial de la región. Estas
El Almojarifazgo Mayor de Sevilla operaba sobre el res-
prácticas tuvieron siempre unas dimensiones muy nota-
tante comercio que se realizaba a través del Sur penin-
bles, en obvio perjuicio de la recaudación que se desea-
sular. El comercio que se realizaba a través de estas adua-
ba. El control efectivo de todas las aguas, puertos, em-
nas abastecía de productos europeos a toda Andalucía y
barcaciones y documentación susceptibles de acoger de
gran parte de Castilla, hasta Toledo y Madrid. Una
una u otra manera tales fraudes, habría requerido unos
muestra, otra más, de la heterogeneidad de las prácticas
fiscales de la época ­típica herencia medieval­, es que se
medios humanos y materiales inmensamente superiores
aplicaran aranceles distintos para los «Reinos» de Sevilla
a los que se disponía.
(Huelva, Cádiz y Sevilla), de Granada (Málaga, Grana-
Ni que decir tiene que las relaciones con los comercian-
da y Almería), y de Murcia. La existencia añadida de
tes fueron siempre el principal «campo de batalla» del
variopintos privilegios locales en diversas localidades
Administrador general de ambos Almojarifazgos, pues
andaluzas, junto a otros de carácter personal a favor de
aquéllos procuraban por todos los medios disminuir
ciertos señores nobiliarios o eclesiásticos, completaba el
los controles que el representante de la Hacienda inten-
cuadro de desigualdades.10 Eran los casos, por ejemplo,
taba aplicar, alegando que entorpecían las operaciones
del Duque de Medinasidonia en su ciudad de Sanlúcar
mercantiles, incurrían en vejaciones, etc. Los roces y
de Barrameda, el prior de Aracena, el obispo de Carta-
conflictos eran moneda corriente, y alcanzaban carácter
gena, etc. En lógica consecuencia, la complejidad y el
corporativo al participar en ellos el Consulado de Sevi-
«enmarañamiento» (Pulido Bueno) de la administración
lla, que aglutinaba y representaba a los mercaderes. Hasta
del Almojarifazgo eran de verdadera consideración, como
el punto de que el propio Consulado intentó en más de
ocurría con todo el sistema hacendístico en general.
una ocasión hacerse arrendatario de los Almojarifazgos.
No hace falta insistir, por lo demás, en que esta realidad
Fue el caso de los años 1599-1602, aunque finalmente
andaluza se reproducía a escala general de toda la Pe-
desistieron de su idea viendo las condiciones que la
nínsula: de acuerdo al particularismo jurídico ­foral y
Hacienda imponía. También lo hicieron en 1609, sin
feudal­ característico del Antiguo Régimen, la admi-
resultado (como se evidencia en la continuidad de Do-
nistración aduanera, y la regulación arancelaria en su
mingo de Zavala a cargo de la materia).
conjunto, eran cualquier cosa menos homogéneas y uni-
tarias para todo el ámbito territorial peninsular ­cada
Por supuesto, los comerciantes no sólo tuvieron proble-
uno de los diversos cinturones o sistemas aduaneros, éste
mas con los oficiales Reales ­en las etapas de administra-
de Andalucía y los que existían en las demás zonas, fun-
ción directa de estos tributos a cargo de la Hacienda­,
cionaba de manera distinta­.
sino también con los administradores-arrendatarios en
las épocas en que aquéllos estuvieron arrendados, ya que
Algunos países (en virtud, frecuentemente, de los acuer-
dichos arrendatarios tenían particular interés en recau-
dos políticos de paz vigentes en el reinado de Felipe III)
dar el máximo de dinero; no se olvide que para ellos el
disfrutaban de un tratamiento de favor: Francia desde
arrendamiento de estas rentas había sido una costosa
1598, los países hanseáticos desde 1602, Inglaterra des-
inversión, y debían obtener beneficios.12
de 1603, y finalmente, Holanda desde 1609, a conse-
cuencia de la «Tregua de los 12 años» firmada este año
Por otra parte, señalemos que a fines del s. XVI se había
para poner un alto en la interminable y ruinosa guerra
integrado en el Almojarifazgo Mayor de Sevilla la renta
de los Países Bajos.
del «Almojarifazgo de Berbería» (Cádiz), mucho más
Hasta 1609, el comercio con Holanda había estado pro-
modesta, que operaba sobre el comercio existente entre
hibido en razón de la guerra que mantenía frente a Es-
Andalucía y el Norte de África.13
paña, al igual que también lo había estado anteriormente
con Inglaterra; aunque siempre con excepciones, como
Aduanas
la importación de maderas, jarcias y otros materiales que
se necesitaban para la construcción española de navíos.
El «Almojarifazgo Mayor de Sevilla» disponía de 39
Sin embargo, en la práctica había seguido existiendo este
aduanas, algunas de las cuales eran también las encarga-
comercio, debido a las propias necesidades españolas y
das de cobrar la renta del Almojarifazgo de Indias. Este
americanas de abastecimiento, pues la producción espa-
cinturón aduanero cubría la costa Sur de la Península,
ñola y de los Países Bajos leales no podía satisfacer ni
desde Huelva hasta Murcia (distribuido entre las actua-
mucho menos la demanda. Todo ello a pesar de las me-
les provincias de Huelva, Cádiz, Sevilla, Málaga, Gra-
didas Regias que se dictaban para el registro y confisca-
nada, Almería, y Murcia), aunque presentaba su mayor
ción de las mercancías con esta procedencia, ya que ve-
densidad en el litoral onubense y gaditano.
nían tan excelentemente «enmascaradas» en los libros y
Concretamente, las 39 aduanas se situaban: 12 en Huel-
documentación, que a menudo eran imposibles de des-
va, 8 en Cádiz, 2 en Sevilla, 4 en Málaga, 3 en Granada,
cubrir11.
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