III -- Otros episodios de una vida
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sos escenarios europeos (Lepanto, Italia, Flandes) y había vivido en primera persona el
concepto «nación española» que englobaba a los súbditos de las Coronas de Castilla y de
Aragón, en particular cuando salían de la Península y se contrastaban con los súbditos del
Rey naturales de otras «naciones» como la italiana, la flamenca,2 la valona, y la borgoñona,3
y con otros servidores de la Monarquía (en este caso, sin carácter de súbditos) como eran
las tropas a sueldo del Rey que procedían de la «nación» alemana;4 concepto de «nación
española», en fin, en el que se incluían igualmente un guipuzcoano como Zavala y un
catalán como Luis de Requesens.
La pertenencia a los «españoles de nación» se compatibilizaba, claro está, con la vincula-
ción a la Provincia de Guipúzcoa.
Respecto al «guipuzcoanismo» de Domingo de Zavala: cfr. supra, epígrafe 3.4., cuadro «Gui-
púzcoa en la Corte. El papel intercesor de Domingo de Zavala y otros burócratas guipuz-
coanos a favor de su Provincia».
1
ACZ 13.9, «Executoria del pleito del maiorazgo que fundó el Contador Domingo de Zavala...»,
folios 24-25.
2
Como curiosidad, a los flamencos se les conocía también por «alemanes bajos» (alemanes de los
Países Bajos). Eran súbditos del Rey Católico. En cambio, no eran súbditos del Rey los «alema-
nes altos», como se conocía a las tropas contratadas que procedían de tierras del Imperio ­
también llamados «imperiales»­ (Sánchez Martín, 1997, p. 30; 1998, pp. 5 ­nota­, 34-35).
3
Esta última, referida a los naturales del Franco Condado.
4
Con la advertencia que hemos señalado en una nota anterior, respecto a la existencia de los
términos «alemanes altos» y «alemanes bajos» (este último, en alusión a los flamencos).
Los fallecimientos de Domingo y Martín
del mayorazgo Zavala, y la declaración de sus bienes
Domingo de Z ava l a f a l l e c i ó e n Vi l l a f r a n c a e l
como libres): así lo hizo su propio hijo Martín, y más
25-11-1614, día de Santa Catalina, y fue enterrado al
tarde, el hijo natural de éste, Juan de Zavala. Aunque, en
día siguiente en la capilla de Santa Catalina (fundada
ambos casos, sin éxito.
por él mismo) de la parroquia de Santa María de la Asun-
ción.26 Curiosa casualidad, el hecho de que Don Do-
Martín murió el 15-2-1622 en Madrid (se hallaba en la
mingo muriera justamente el día de la Santa a la que
capital atendiendo unos pleitos). El día anterior había
había dedicado la capilla de su patrocinio. Acababa de
otorgado testamento, en estado tan grave que tuvo difi-
cumplir, unos pocos días antes, los 79 años de edad.
cultades para firmar.
Las relaciones entre Domingo y su hijo y sucesor Mar-
Don Martín nombró heredero a su hijo natural Juan de
tín no habían sido buenas en vida, y siguieron siendo
Zavala, de cuatro años, que estaba en poder y educa-
cuestión polémica después de la muerte de ambos. Ve-
ción de su prima María de Aitamarren y Arrúe, quedan-
remos, en efecto que esas tensiones paterno-filiales se-
do por tutora y administradora del niño. Ya con ante-
rían utilizadas después de su muerte, por sus propios
rioridad, su padre había confiado a Juan al cuidado de la
descendientes directos, como un argumento al servicio
citada María para que lo criara en su nombre y a su costa,
de sus pretensiones respecto a la herencia (la anulación
en Villafranca.
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