Anexo I -- La capilla de Santa Catalina de la iglesia parroquial de Ordizia
bre de don Domingo de Zavala, de una parte, y Pedro de
ción a la total conclusión de nuestros templos. En ellos
Leizaola, de la otra, acuerdan que Leizaola edificase cita-
vive desgajado del monumento la proclamación de su
da capilla, para el fin del mes de octubre del mismo año
casta: y estas capillas son su tumba y a la vez su presen-
1610, conforme a la traza dibujada y entregada por el
cia en el futuro. Rejas que aíslan y cierran las capillas y
maestro cantero. Por la edificación se le pagarían 8400
que son a la vez el estandarte con que se anuncia la mag-
reales, 2800 a los ocho días de comenzar las obras; otros
nificencia de estas capillas. Se destaca como elemento
2800 reales cuando mediara su construcción, y el resto
principal y casi podemos decir como formativo de estos
se pagaría al finalizar la misma, una vez examinada y
hierros del Renacimiento el balaustre, que articula las
fuera dada por buena.1
secciones de las rejas.
La capilla está realizada con piedra sillar bien labrada, y
La realización de la reja de la capilla de Santa Catalina
mampostería. La bóveda con crucetas presenta plemen-
corre a cuenta de Pedro de Marigorta, vecino de Elgoibar
tos calados en su zona central, que permiten la entrada
«maestro de hazer Rexas» por escritura de contrato fir-
de luz cenital a través de una claraboya practicada en el
mada el diez y ocho de agosto de 1611. Según lo concer-
tejado. Una vez supera la reja que da acceso a la misma,
tado Pedro de Marigorta tenía que labrar en el plazo de
el eje central de la capilla lo constituye el cuadro-retablo
seis meses, una reja de hierro, con dos órdenes de balaus-
de Santa Catalina, a sus pies la urna de cristal donde
tres y sus puertas que cierren la Capilla, conforme a traza
yacía el Cristo de Zavala y la tumba marmórea de Do-
dibujada y pintada por Domingo de Zavala. Para ello se
mingo de Zavala, y en lo más alto el escudo de armas de
obliga a Pedro de Marigorta «a poner todo el material del
la familia. En el lateral izquierdo una concha con el es-
mejor fierro que hallare». Además el grosor de los balaus-
cudo de la Orden de Santiago nos recuerda que varios
tres tenía que ser conforme al modelo moldeado por Juan
miembros de esta ilustre familia fueron caballeros de la
de Arramendi vecino de Villafranca. En la parte superior
mencionada orden. En el lado derecho la imagen de la
coronando la reja iría el escudo de armas de la familia. La
Dolorosa no reprime su angustia, y junto a ella, un Cristo
cantidad que se le pagaría era de 100 ducados en el mo-
crucificado, de buena hechura, que sustituyó al Cristo
mento de realizar el contrato, y cinco cuartillos por cada
libra que pesase la reja una vez labrada.2
de Zavala en la ceremonia del «descendimiento».
Singular, por ser elemento único en la parroquia, resul-
La reja esta dividida en dos pisos separados por un friso.
ta la reja de la Capilla de Santa Catalina. Colocadas
Los balaustres extremos y los que enmarcan la puerta de
ante las capillas, las rejas son a la vez recato y nuncio.
acceso son más gruesos que el resto. Y sobre la puerta,
Celosía que protege bellezas y pórtico que invita a ser
apoyándose en el friso, una media circunferencia cuyos
traspasado. Igual que lanzas se alinean esos barrotes de
balaustres a modo de radios, confluyen de forma alter-
hierro que se hinchan con curvas de balaustre. Y esos
na en un medallón central donde figura un rostro labra-
perfiles, en ocasiones muy complicados, se tornean a
do, que bien pudiera recordar a la santa mártir. Yuxta-
golpe de martillo como esculturas. Hierros estilizados
puestas a esta media circunferencia dos ruedas aluden al
que dejan pasar el aire, la luz, las músicas, los inciensos.
martirio. En lugar preferente, en el remate o copete, el
Estas verjas se extienden como grandes cortinas trans-
escudo de armas de la familia pone cima a esta obra.
parentes con las que el retablo parece que se adelanta
proclamando la riqueza de sus oros. Estas rejas son, ade-
más, la expresión más patente del altivo orgullo de los
fundadores de capillas. Son algo más que una coopera-
El Cristo de Zavala
subida, clavada, desclavada y descendida por muchas
Se designa así al Cristo que, encerrado en una urna de
cristal, se veneraba como yacente y como tal paso figu-
manos, y optaron por convertirla en yacente, sustituyén-
raba en la procesión de Viernes Santo. Su lugar habitual
dola, a afectos del «descendimiento» por otra buena tam-
era bajo el altar de Santa Catalina, en la capilla dedicada
bién, aunque de mérito artístico muy inferior.
a esta santa.
Nos encontramos, indudablemente, ante una joya de
Esta imagen, que tenía los brazos articulados, se utiliza-
extraordinario valor. Don Manuel de Lecuona dijo la verla
ba, para clavada en la cruz, ser separada de ésta y «sepulta-
y contemplarla: «Escultor que hoy esculpiera esta imagen
da», y conducida así luego en procesión. Esta ceremonia
se inmortalizaría sin más». Y el excepcional escultor don
llamada del «descendimiento» estaba muy generalizada
Julio Beobibe, extasiado ante lo que sus ojos veían, mul-
en el País y fue suprimida en Ordizia por orden del pá-
tiplicaba con entusiasmo los mayores elogios: «Magnífi-
rroco don José Ramón de Berroeta ya en 1818.
co... espléndido... soberbio...» «Harrigarria... izuga-
rria... bene-benetan ederra...».3 Ciertamente la imagen
Ya antes de la supresión, debieron de darse cuenta de que
la imagen era demasiado buena para ser llevada y traída,
es de una anatomía, detalle y policromados perfectos.
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